Los Akitas son perros fuertes y leales, con una presencia majestuosa y un temperamento equilibrado, que reflejan un profundo vínculo con su familia y un instinto protector


1. Origen

El Akita es una raza de perro originaria de Japón, específicamente de la prefectura de Akita, con una historia que se remonta a más de 3.000 años. Sus ancestros están relacionados con perros de caza de gran tamaño que eran utilizados por tribus nativas para cazar grandes presas, como osos y ciervos. Durante el período Edo (1603-1868), los Akitas se convirtieron en perros de pelea, lo que contribuyó a su reputación como perros valientes y robustos.

Con el tiempo, se inició una crianza más selectiva, enfocándose en su carácter y temperamento, lo que llevó a la creación del Akita Inu, que es la variante más conocida hoy en día. En 1931, el Akita fue declarado Monumento Natural de Japón, lo que subrayó su valor cultural. La raza fue introducida en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados americanos se encontraron con estos perros en Japón. Algunos de ellos llevaron Akitas de regreso a casa, lo que contribuyó a su popularidad en América.

Con el tiempo, la raza se dividió en dos variedades principales: el Akita Inu, que se ajusta a los estándares de la FCI y es más común en Japón, y el Akita American, que es más grande y robusto, reconocido por el AKC. Ambos comparten un ancestro común, pero su desarrollo en diferentes partes del mundo ha llevado a diferencias físicas y de temperamento.

En Japón, el Akita es un símbolo de buena salud, felicidad y longevidad. Son conocidos como perros de la suerte y a menudo se regalan figuras de Akita como amuletos. La historia de Hachiko, un famoso Akita que esperó a su dueño en una estación de tren durante años después de que este falleciera, ha hecho que la raza sea un símbolo de lealtad y devoción en la cultura japonesa.

2. Características físicas

Tamaño y proporciones: Peso que generalmente oscila entre 32 y 45 kg (70-100 lb) y una altura de 58 a 64 cm (23-25 in) en los machos, y un poco menos en las hembras.

Tamaño: Tamaño moderado, con un peso que generalmente oscila entre 32 y 45 kg (70-100 lb) y una altura de 58 a 64 cm (23-25 in) en los machos y un poco menos en las hembras.

Cabeza y rostro: Tiene una cabeza más amplia y en forma de cuña, con un hocico más corto. Sus ojos son más oscuros y almendrados.

Orejas: Sus orejas son más pequeñas y erguidas, con una forma triangular.

Pelaje y color: El pelaje es denso y de doble capa. Los colores típicos incluyen el blanco, atigrado, y diversos tonos de rojo y sésamo.

Cola: La cola es gruesa y se lleva enrollada sobre la espalda.

Tamaño y proporciones: Es más grande y robusto, pesando entre 45 y 66 kg (100-145 lb) y con una altura de 66 a 71 cm (26-28 in) en los machos.

Cabeza y rostro: Presenta una cabeza más grande y cuadrada, con un hocico más largo y fuerte. Sus ojos son más redondeados.

Orejas: Las orejas son más grandes y erguidas, con una base más ancha.

Pelaje y color: También tiene un pelaje denso y de doble capa, pero presenta una gama más amplia de colores y patrones, incluyendo blanco, negro, chocolate y patrones brindados y de manchas.

Cola: La cola es gruesa y se lleva enroscada, pero suele ser más larga y más alta en la espalda.

3. Personalidad

La personalidad del Akita Inu se caracteriza por ser reservada, leal y digna, mostrando una fuerte devoción hacia su familia y un instinto protector, lo que puede hacerlos un poco cautelosos con los extraños. Son perros independientes, a menudo de temperamento tranquilo, que requieren una socialización adecuada desde cachorros para desarrollar un comportamiento equilibrado.

Por otro lado, el Akita American tiende a ser más amigable y extrovertido, con un enfoque más juguetón y sociable. Aunque también son leales y protectores, son generalmente más abiertos y menos reservados que sus contrapartes japonesas. Sin embargo, ambos tipos de Akita requieren un liderazgo firme y entrenamiento positivo para canalizar su energía y garantizar un comportamiento adecuado.

4. Cuidados

Los Akitas necesitan ejercicio diario adecuado para mantener su salud y evitar problemas de comportamiento. Se recomienda al menos 1 a 2 horas de actividad física diaria, que puede incluir paseos largos, juegos de buscar y actividades enérgicas como el senderismo. Asegúrate de que el ejercicio sea variado y estimulante, ya que su inteligencia requiere también un desafío mental.

Es fundamental socializar a los Akitas desde cachorros. Exponerlos a diferentes entornos, personas y otros animales es crucial para desarrollar un comportamiento equilibrado. Las clases de obediencia y el tiempo en parques para perros pueden ayudar a que aprendan a interactuar adecuadamente con otros.

Incorpora juegos de inteligencia y juguetes interactivos en su rutina diaria para mantenerlos mentalmente estimulados. Los Akitas son inteligentes y pueden aburrirse fácilmente, lo que puede llevar a comportamientos destructivos. Considera actividades como el entrenamiento de trucos, ejercicios de olfato o el uso de rompecabezas para perros.

El pelaje denso de los Akitas requiere atención especial, especialmente durante la temporada de muda. Asegúrate de utilizar un cepillo adecuado que llegue a la capa interna del pelaje. Durante la muda, puedes necesitar cepillarlos varias veces a la semana para controlar la caída del pelo.

Los Akitas pueden ser propensos a la obesidad, por lo que es importante monitorear su dieta y actividad física. Asegúrate de proporcionar porciones adecuadas de alimento, evitando las golosinas excesivas y adaptando su dieta a su nivel de actividad.

Debido a su tamaño y nivel de energía, los Akitas necesitan un espacio suficiente para moverse. Si vives en un apartamento, asegúrate de proporcionar paseos largos y regulares. Sin embargo, lo ideal es que tengan acceso a un jardín cercado donde puedan jugar y ejercitarse de manera segura.

Los Akitas son propensos a problemas dentales, por lo que es recomendable establecer una rutina de cuidado dental que incluya el cepillado regular de los dientes y el uso de juguetes que ayuden a mantener la higiene bucal.

Debido a su pelaje denso, los Akitas son más tolerantes al frío que al calor. Proporciona un refugio adecuado en climas cálidos y asegúrate de que tengan acceso a sombra y agua fresca. Evita el ejercicio intenso en las horas más calurosas del día.

Finalmente, es importante monitorizar cualquier cambio en el comportamiento de tu Akita, ya que pueden ser indicativos de problemas de salud o estrés. El Akita puede ser más susceptible al estrés por separación, por lo que es importante abordar estos problemas con cuidado y buscar la ayuda de un profesional si es necesario.

5. Educación y adiestramiento

La educación y el adiestramiento de los Akitas son aspectos cruciales para asegurar su bienestar y una convivencia armónica con su familia. Debido a su naturaleza independiente, es vital que el entrenamiento comience desde una edad temprana, utilizando métodos de refuerzo positivo que fomenten su aprendizaje y confianza.

Es fundamental establecer reglas claras y consistentes desde el principio. Los Akitas necesitan un referente firme y seguro que les proporcione una estructura, pero también es importante que el entrenamiento sea flexible y adaptado a su personalidad. Practicar comandos básicos como «sentado», «quieto» y «ven» no solo ayuda en su educación, sino que también fortalece el vínculo entre el perro y su dueño.

La socialización es un componente esencial del adiestramiento. Exponer a los Akitas a diferentes personas, lugares, y otros animales desde una edad temprana ayuda a desarrollar un temperamento equilibrado. Las clases de obediencia y los paseos en entornos variados pueden ayudarles a adaptarse mejor a nuevas situaciones y a reducir comportamientos temerosos o agresivos.

El entrenamiento de obediencia debe ser regular y mantener sesiones cortas y divertidas para mantener su interés. A medida que progresan, se pueden introducir ejercicios más avanzados y juegos que estimulen su mente y cuerpo. Considera incluir entrenamiento en agilidad o tareas que utilicen su sentido del olfato, ya que esto no solo los mantiene activos, sino que también les brinda un sentido de propósito.

Es crucial evitar que los Akitas desarrollen comportamientos indeseados, como la territorialidad excesiva o la agresión hacia otros perros. Por ello, la supervisión durante interacciones con otros animales y personas es esencial. Si surgen problemas de comportamiento, busca la ayuda de un adiestrador profesional que tenga experiencia con la raza.

Recuerda que los Akitas pueden ser reacios a seguir órdenes si no comprenden la razón detrás de ellas, por lo que la paciencia es clave. Mantener una actitud positiva y utilizar técnicas de entrenamiento adecuadas ayudará a construir una relación de respeto mutuo y confianza.

La constancia y la repetición son fundamentales para el éxito del adiestramiento. Practica los comandos diariamente, reforzando siempre el buen comportamiento. Con el tiempo y la dedicación, un Akita bien entrenado puede ser un compañero maravilloso y equilibrado que se adapta a la vida familiar.

En resumen, la educación y el adiestramiento de los Akitas requieren un enfoque firme pero amoroso, con un énfasis en la socialización y el refuerzo positivo, lo que asegura no solo un comportamiento adecuado, sino también un vínculo fuerte y afectuoso entre el perro y su dueño.

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